Revisitar Around and About (1980) de Gary Hill es volver a un lugar incómodo y estimulante. Una cámara fija, un cuerpo que entra y sale del encuadre, y una voz que reflexiona mientras la imagen se fragmenta. Hill crea una pieza que no se puede ver pasivamente: interpela, distorsiona, interrumpe.
Me interesa especialmente la forma en que el artista introduce su cuerpo como frontera y dispositivo. Es un ensayo visual donde el cuerpo se vuelve interfaz. El espectador no mira desde fuera: participa desde la incomodidad.
En mi propio trabajo como artista en nuevos medios, esta pieza me sirve de referencia para entender cómo el soporte puede dejar de ser un mero canal y convertirse en parte activa del discurso.



